Cuando parecía que podíamos volver a respirar aire sin filtrar, volvemos a llevar mascarilla gran parte del día. Está claro que la mascarilla es un punto primordial en la prevención y, sin duda, os recomendamos su uso. Pero, así mismo, es importante tener en cuenta que puede haber una patología asociada al uso de las mascarillas.
Problemas bucales que puede causar la mascarilla
A parte de las rojeces, el dolor de cabeza, el cansancio, las dermatitis o las alergias, en Clínica Médica y Dental Dr. Bago y Dra. Fernández, nos estamos encontrando, en nuestra práctica diaria, un aumento de casos de halitosis y sequedad oral.
Por otro lado, la mascarilla favorece el crecimiento de bacterias más patógenas y con ello la aparición de caries, inflamación de encías y sarro.
Se debe utilizar la mascarilla SIEMPRE siguiendo las recomendaciones, pero, al mismo tiempo, debemos incrementar:
- el hábito higiénico
- cepillarnos la lengua
- beber agua en abundancia
- minimizar las situaciones en las que sea necesaria la mascarilla
- utilizar la mascarilla como es debido (nunca más de 4 horas, las quirúrgicas, por ejemplo, se saturan y no filtran bien el aire)
- acudir regularmente al dentista.
¿Qué ocurre al usar mascarilla?
– Bebemos menos agua al llevar la mascarilla.
– Descuidamos más la higiene porque llevamos la boca cubierta y pensamos que se nos verá menos la boca y no se nota el olor bucal.
– La utilizamos más tiempo del recomendado (las quirúrgicas son 4 horas, como hemos comentado antes).
– La mascarilla crea un “microclima” en la boca en el que las bacterias más patógenas crecen mejor.
Tipos de mascarillas
Las mascarillas de tela son higiénicas, no tienen filtro, ni protegen bien de salpicaduras, protegen más al resto de personas que a uno mismo, pero es mejor que no llevar nada. Es ideal para la población en general, en espacios en los que no puedes mantener distancia de seguridad.
Las mascarillas quirúrgicas tienen una durabilidad de 4h de uso continuado, filtran mejor pero también protegen más al resto que a uno mismo. Son principalmente de uso sanitario.
Las mascarillas filtrantes, sí que protegen al usuario de la inhalación de contaminantes ambientales –en partículas o aerosoles– tales como agentes patógenos, agentes químicos, antibióticos, citostáticos, etc.
Son las famosas FFP1, FFP2 o FFP3. Estos nombres son una clasificación en base al rendimiento de las mascarillas. Para reducir la humedad dentro de la propia mascarilla, pueden contar con una válvula de exhalación. La válvula disminuye la protección del resto de personas.
Te aconsejamos, pues, que mantengas una buena higiene bucodental teniendo en cuenta las posibles consecuencias que puede provocar el uso prolongado de la mascarilla, o el mal uso de la misma.
Cualquier consulta que tengas, contáctanos o pídenos una visita y estaremos encantados de atenderte y asesorarte en lo que necesites.