La fase higiénica la ponemos en marcha cuando la fase preventiva está clara y ya te has decidido a trabajar en tu salud bucodental.

En esta segunda fase de la rueda, tomamos acción en los problemas y tratamientos más urgentes.

¿Qué pasa en la fase higiénica?

• Limpieza: es un tratamiento básico y muy necesario. El sarro es algo muy común en prácticamente toda la población y que se forme o no depende de la higiene en casa.
• Tratamiento periodontal: cuando no podemos retirar el sarro totalmente con una limpieza normal o cuando el tejido está tan inflamado que con una higiene no conseguimos que se desinflame, realizamos este tratamiento.
• Extracciones dentales: cuando un diente está en mal estado y no hay posibilidades de tratamiento, lo mejor es extraerlo puesto que puede ser un futuro foco de infección.
• Eliminación de lesiones/biopsia: en algunos casos existen heridas u anomalías en uno de los tejidos de la boca. Cuando está presente hace tiempo y no sabemos identificar a qué se debe, es mejor tomar una muestra y analizarlo para valorar el siguiente paso del tratamiento.
• Retirar de la boca elementos que provocan roces, heridas y lesiones en general. No es normal que un elemento de tu boca te genere un problema. Hay que eliminarlo y valorar si el problema se resuelve por si solo.

Tras pasar por las fases anteriores, la encía está desinflamada, no hay sarro y no existe ningún problema agudo.

Es ahora cuando devolvemos la salud a aquellos dientes que tienen algún problema pero que pueden ser reparables.

¿Qué hacemos en la fase conservadora?

• Obturaciones y/o reconstrucciones: el empaste de toda la vida, el nombre depende del tamaño, de la técnica, de la cantidad de materiales a emplear y del tiempo que necesitamos para realizarlo.
• Endodoncias: cuando la caries ha llegado al nervio o está muy cerca y prevemos que puede dar problema, se limpia la parte del diente que pertenece al nervio y después se rellena con un material especial para que quede bien sellado y el diente pueda seguir siendo funcional.
• Incrustaciones: en ocasiones el empaste/obturación para devolver la función al diente es muy grande y no podemos asegurar que tenga suficiente resistencia para soportar las fuerzas de masticación y que no acabe rompiéndose. En estos casos, siempre que es posible, realizamos una reconstrucción en laboratorio.
• Injertos (hueso/encía): la encía y el hueso son tejidos de soporte indispensables para el sostén de nuestros dientes, implantes y/o prótesis, además de tener una función protectora y estética. Con un buen estudio y seguimiento, evaluamos la situación y valoramos la necesidad de colocar encía o hueso donde sea necesario.

Cuando tu boca está en buen estado, es decir, sin ninguna lesión o infección, y hemos comprobado que realizas un buen mantenimiento en casa, pasamos a la fase rehabilitadora.

Es la fase más estética y es en la que reponemos los dientes que faltan, los colocamos donde o en la posición que deberían estar, y les devolvemos su función y estética.

Esta fase incluye la colocación de:

• Ortodoncia
• Implantes
• Coronas
• Prótesis